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Leyenda corta de Pincoya

La Pincoya - mitos-y-leyendas-de-chile.w

Esta leyenda comienza hablando de Huenchula, quien era nada más y nada menos que la consorte del rey del mar. Hay que mencionar que algunas personas de ciertas regiones de Chile, se refieren al monarca como Millalobo.

El caso es que Huenchula acababa de convertirse en madre y uno de sus más grandes anhelos, era que su marido la dejara salir a tierra firme, para que ésta pudiera llevar a su hija Pincoya, para que la conocieran sus abuelos.

La mujer salió del mar llevando a su hija en brazos tapada con hojas de algas marinas. Los padres de Huenchula, también tenían muchas ganas de ver a la criatura. Sin embargo, antes de que su madre quitara todas las hojas que cubrían a la bebé, se acordó de que su marido le había dicho que ningún humano podía verla.

Así que la mantuvo tapada durante la visita. Cuando estaba a punto de irse, les pidió a los abuelos que cuidaran a Pincoya un momento, en lo que ella iba a la embarcación que la llevó a tierra, para sacar unos obsequios que les había traído.

En el instante en el que Huenchula salió de casa de sus padres, estos no resistieron la curiosidad y quitaron la última hoja que cubría a su nieta.

– No creo que vaya a pasar nada, si sólo la vemos por un segundo. Mencionó el abuelo.

Pincoya era la criatura más hermosa que habían visto en toda su vida. Quisieron cubrirla rápidamente, pero algo les impedía que dejaran de mirarla. En eso regresó Huenchula, quien al darse cuenta de lo ocurrido comenzó a gritar desesperadamente.

Sin que los ancianos se dieran cuenta, poco a poco la pequeña niña se fue transformando en agua de mar totalmente cristalina. Su madre la tomó en sus brazos y se fue corriendo en dirección al mar.

Sin pensarlo dos veces, se zambulló y comenzó a nadar hasta donde estaban los dominios de su esposo. En el instante en el que llegó frente a él, su hija ya se había transformado en una adolescente.

A partir de ese momento la Pincoya es la protectora del mar. Si por alguna razón, un barco está en problemas, ella calma las mareas para que los marineros puedan volver a buen puerto

No obstante, hay veces en las que no puede controlar la furia del mar y es entonces cuando con ayuda de su hermana la sirena, se lleva a los cuerpos sin vida a que reposen en el Caleuche. Una embarcación mítica en la que el alma de los humanos descansa por la eternidad.

La Pascualita

Detrás del aparador de un local llamado La Popular, una tienda de Chihuahua encargada de hacer los famosos vestidos de novia de la zona, está la Pascualita. El maniquí permanece ahí desde 1930, cuando la dueña la adquirió luego de llegar de Francia porque además de ser sumamente bella y de aspecto realista, se parecía bastante a su hermana y a ella.

 

Según se cuenta, "desde el primer día en que la novia de cera estuvo en la La Popular tuvo mucho éxito entre los transeúntes puesto que era distinta a los demás maniquís de la época: tenía un mejor acabado en la cera, sus ojos eran de cristal, su pelo y sus pestañas eran implantes de verdadero pelo, y su expresión, a diferencia de las de tantos maniquís de mirada inerte, era viva y reflejaba emociones, como si tuviera alma.

 

En la década de los 70, surgieron rumores de que la novia de cera estaba viva y era capaz de moverse de noche cuando no había nadie en el local, o que sonreía a las personas que pasaban por ahí. Los rumores se hicieron más fuertes cuando la dueña falleció, las personas dijeron que La Pascualita los seguía con la mirada o que por breves segundos le aparecían venitas rojas en los ojos. Algunas empleadas renunciaron a porque vieron llorar o moverse a La Pascualita, y otras se negaban a vestirla porque, supuestamente, le aparecían venas verdosas en las piernas, que posteriormente desaparecían".

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